lunes, 11 de agosto de 2008

HongKong, Manila, Palawan y Shanghai

Llegaron las vacaciones y, aunque sólo he tenido una semanita, la he aprovechado al máximo.

Primera parada: Hong Kong

Pamela ya estaba en HK desde el Miercoles, porque ella tenía una entrevista con el despacho de abogados Baker & McKenzie, y yo acudía el Viernes. Allí nos quedamos a dormir en casa de Rowena, una antigua amiga nuestra de Montreal (Canada).
Como yo ya había estado en HK, Pamela se dedicó a visitarlo por su cuenta y el par de días que estuve yo allí los pasamos en el computer center, de tiendas y en el Victoria's Peak.

Por la tarde, siguiendo los consejos de nuestra anfitriona en HK, decidimos ir a hacer algo típico: "high tea" (té alto). El evento en cuestión consiste en tomar té y pastas (influencia de los ingleses). Así que nos plantamos en el hotel mandarín de HK y por 20 leuros por barba tomamos té y buffet libre de pastas y chocolates. Increíbles los chocolates. No le hicimos foto al buffet por vergüenza, pero era para verlo.

De ahí al aeropuerto y aterrizamos, después de un pequeño retraso, en Manila a la 1 de la noche.
A dormir y al día siguiente de compras y a comer con la familia de Pamela. Lo bueno de la comida filipina es que se parece en algunos aspectos a la española, en otros a la japonesa, en otros a la china, a la americana... y a la vez no tiene nada que ver con ellas. Además los filipinos, como los españoles, se sientan a comer a la mesa en familia todos los días, para comer y para cenar. Es importante que comas mucho, pues eso significa que eres agradecido. En caso contrario...no vas a caer muy bien por esos lares. Pero bueno, no es mi caso, yo caigo muy bien...jeje.
Resumiendo, comimos "lechón" (cerdo torrado y crujiente), "Krispy pata" (pata de cerdo crujiente) mi favorita!!; "guisado", "longanisa", "pancet", "lumpia", "gambas","chicken adobo", "beef steak"y otros tantos platos de los que no recuerdo el nombre.
Lo que no sabía es que en filipinas también tienen PAELLA! Aunque no se parece en nada a la Valenciana, la paella (recipiente) si que es el mismo.
En la foto vemos un restaurante "fast food" de paellas. Vamos el "mcdonnalls" de la paella.

Por la noche el primo de Pamela nos llevó a un club donde actuaba un comediante muy famoso en filipinas que tiene su programa en la tele y todo.
Y así acabamos: (que fácil es meterse con los extranjeros)
Qué hacen un japonés que habla tagalo, un español y un filipino encima de un escenario en un club de comedia filipino? Pues hacen bastante gracia, la verdad. Como sabréis, hay cientos de palabras en la lengua tagala que son en español, y eso da bastante juego.
A la derecha el japonés, a la izquierda José, el comediante.
Lo pasamos en grande. Si hay algo que diferencia a los filipinos del resto de los asiáticos es el sentido del humor (y el carácter en general), mucho más alegre y abierto que el de sus vecinos.

Y al día siguiente pronto por la mañana salimos hacia Palawan.
Nuestra ruta era:

Manila - Corón (avión)
En la foto, en el aeropuerto de Corón, se puede ver la "terminal de llegadas", donde estoy yo; y el sistema de recogida de equipajes (detrás de mí). Este sistema consiste simplemente en que cada uno se coge su equipaje del carrito y a la salida tienes que enseñar el resguardo que tienes pegado en el billete de avión y lo contrastan con el resguardo pegado en la maleta.

Corón - Embarcardero:
Este trayecto lo hicimos en uno de los miles de "jeepnees" que ruedan (milagrosamente) por toda filipinas. Un jeepnee es un todo terreno de los años 40 cuando los americanos pululaban por filipinas en la segunda guerra mundial. Estos trastos están hechos de chapa dura y resisten lo que les eches. Además suelen ir cargados de gente y equipajes hasta la bandera (y no hablo en sentido metafórico).

Embaracadero - Isla Dimakya:
Después de un caminito, que habría hecho arrojar la primera papilla a más de uno, llegamos al embarcadero donde cogimos el catamarán hacia isla Dimakya.

Bienvenidos a Club Paradise (bien escogido el nombre):
Club Paradise es un resort situado en la pequeña isla de Dimakya. Esta isla tiene una longitud de aproximadamente 1 KM y una anchura de 500 metros aprox.
Lo que caracteriza a este resort es la tranquilidad. Digamos que yo no vi a más de 10 personas juntas a la vez en todo el tiempo que pasé en la isla.
La comida exquisita, variada siempre en pescados y mariscos, SPA, buceo, kayack, un servicio impecable y, como en la mayoría de los resorts en filipinas, a mitad de precio para los filipinos. (yo no lo soy, pero Pamela sí. Así que nos pudimos beneficiar de esto).

Sales de tu habitación y a tres pasos te encuentras esto: (sunset beach)
En esta playa hay un arrecife de corales bastante famoso en Filipinas, así que aproveché para sacarme el carné de iniciación de buceo (PADI) que te cualifica para sacarte el carné de "open water diver" (el oficial de buceo). Una experiencia totalmente recomendable:

La playa principal:

Una vuelta en Kayak alrededor de la isla:

El primo de zumo sol de las lagartijas (a Pamela casi le da un ataque cuando nos encontramos con este enorme anfibio de casi 2 metros en la parte norte de la isla), según la profesora de buceo son inofensivos, pero a ver quien es el guapo que se acerca a rasquarle la barrigueta al bicho este.

Estos crangrejillos estaban siempre dando vueltas por la playa:

Excursión a "twin lagoon", agua fría en la superficie y caliente en el fondo, aguas de color turquesa y una formación rocosa impresionante:

Excursión a Hot Springs, unos baños de aguas termales:

Island Hopping, lo que viene siendo ir a visitar distintas islas desiertas para echarte la foto y hacer snorkeling:

Puesta de sol desde nuestra cabaña:

Todo lo bueno se acaba. Y pusimos rumbo hacia Shanghai:

En la calle principal de Shanghai, Nanjing Road:

Pequeño crucero por el rio Huangpu, que atraviesa el centro de Shanghai:

En esta foto se ve el famoso skyline de Shanghai, con sus edificios más emblemáticos:
Una pena que no pudiéramos verlos iluminados.

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