martes, 22 de julio de 2008

Cuenta atrás para las Olimpiadas

Quedan menos de 20 días para las olimpiadas y ya se empieza a notar que los chinos se están poniendo en marcha (y nerviositos).
Para quien no lo sepa, las Olimpiadas empiezan el día 8 del mes 8 del año 2008 a las 8 PM. Pero cuanto ocho, no? Pues es que, para los chinos el 8 es el número de la suerte por excelencia. Por qué? Pues porque el 8 (ba, en chino) suena igual que la palabra "tesoro" (que es bao en chino). Los chinos le dan mucha importancia a todas estas supersticiones e incluso llegan a afectar a la economía. Por ejemplo, si te compras una tarjeta de teléfono cuyo número tenga muchos ochos te resultará más cara que si compras una que no los tenga, lo mismo con un apartamento en el piso 8, con una matricula de coche, etc.
Así mismo, el número 4 (sì) suena igual que morir (si), por lo tanto, adivináis cual es este número? Pues sí, el de la mala suerte. Si te compras una tarjeta con muchos 4 te saldrá más barata (por experiencia propia, hasta 10 euros más barata). Así que imaginaos con los pisos!

Bueno, a lo que íbamos. Las medidas que se pueden notar en Beijing son:

-Menos tráfico, porque han puesto restricción por matriculas pares e impares.
-Más control, con guardias en todos los semáforos y en las entradas de los edificios importantes (como el mío).
-Muchas flores, las avenidas por donde pasarán los atletas y las comitivas están engalanadas con flores y setos cortados en formas raras (el resto sigue lleno de roña).
-Han habilitado un carril en las autovías principales para los coches oficiales de las olimpiadas (no sea que los atletas se encuentren con el tráfico de las 8 de la mañana y lleguen tarde.) Esto es porque a pesar de la medida "pares e impares" sigue habiendo un tráfico "per a cagarse i no torcarse."

En resumen, l0 están intentando, pero sin duda el principal problema va a ser el idioma. Porque aquí no habla inglés ni "perri maison", así que ya veremos cuando un guiri (incluido yo, tb por experiencia, y yo hablo un poco de chinorris) vaya al hospital con alguna dolencia, o simplemente para que le receten unas pastillitas...aaamigo! A ver como le explicas al médico, que te mira con cara de interés sólo porque eres extranjero y tienes los ojos claros, que te duele debajo de la tercera costilla pero en el lado interior supino!
Esto entre otras cosas más simples, como decirle al taxista que tu hotel está en la otra dirección, que ponga el aire acondicionado, que suba las ventanillas; decirle a tu camarero que la sopa está fría o que no te saque la cerveza caliente (como es costumbre aquí).

domingo, 13 de julio de 2008

La Gran Muralla China: Mutianyú

Este fin de semana ha sido completito. Después de pasar un par de días en Xi'an (otra vez), viaje del cual no voy a hablar porque vimos lo mismo que está en el post anterior (excepto la casa de grabados), el Domingo tocaba ir a ver la Gran Muralla. Se barajaban tres posibles opciones: Badalin, la más cercana a Beijing pero a la vez la más turística; Mutianyú, un poco más lejana pero menos turística; y Simatai, de la que ya he hablado en un post anterior, cero turística pero a 3 horas de Beijing. Así que, como en el punto medio está la virtud, decidimos ir a Mutianyú (también influyó el hecho de que tiene un tobogán gigante para bajar de la muralla a toda pastilla tipo bosley).

Para llegar a Mutianyú lo mejor es ir a la estación de autobuses de Dongzhimen y coger el 916 y cuando llegas a Mutianyú coger un taxi que te lleva hasta la muralla. La otra opción es pagar un coche particular, que también se pueden encontrar en la estación de autobuses, que te lleva y te trae por unos 300 Yuanes (30 euros). Nosotros cogimos esta última opción por comodidad y por rapidez, ya que por la tarde teníamos una cita con el mercado de la Perla (Hong Qiao) y teníamos que estar pronto porque cierra a las 19 horas.

Sin duda, de los tres lugares posibles, Mutianyú es la mejor opción. A diferencia de Badalin y Simatai, las cuales se encuentran en mitad de montañas peladas; el tramo de Mutianyú se encuentra entre montañas repletas de verdor selvático. Además el tiempo acompañó y pudimos disfrutar de un cielo despejado y un sol radiante.

En el telecabina que te lleva a la cima de la montaña donde se encuentra el paso de Mutianyú de la Gran Muralla.

Sin duda uno de los grandes alicientes de ir a Mutianyú es bajar luego toda la montaña por su tobogán. Más de 5 minutos de bajada en un carrito tipo bobsley a toda velocidad, incluyendo este puente a más de 50 metros de altura.

Vista desde una de las torres de vigilancia de la muralla

Sin muchos turistas a la vista

Foto de grupo en el "Paso de Mutianyú"

lunes, 7 de julio de 2008

Pingyao

Pingyao no defraudó.
El viaje no empezó demasiado bien ya que el tren cama chino no es el medio de transporte más confortable para tirarse 12 horas. Así que dormimos lo que buenamente pudimos y por la mañana a las 8 de la mañana llegamos a Pinyao.
El tiempo tampoco acompañaba y estaba chispeando un poco, menos mal que un coche eléctrico nos esperaba a la salida de la estación para llevarnos hasta nuestro hotel: una casa antigua china restaurada en hotel en el centro de Pingyao. Desayunamos en el bufe libre del hotel y las cosas empezaron a tener mejor color.
Salió el sol y nosotros con él a la calle. Aquí podéis ver una foto hecha desde la puerta de nuestro hotel.

Nos disponíamos a comenzar a caminar sin dirección alguna por las intrincadas calles de Pingyao cuando un sujeto de aspecto sospechoso, con una bicicleta que bien podría haber pertenecido a Mao, se nos acercó y nos ofreció hacernos de guía por un módico precio.

Lo aceptamos aun y cuando las madres no estaban nada convencidas. Pero claro, esto es China y no el Bronx, y aunque hay que ser astuto, aun te puedes fiar de las personas.
El señor Liu es un hombre que vive en Pingyao extremadamente pobre (lo sé porque nos enseñó su casa). Pero el señor Liu es espabilado y hace 10 años decidió aprender inglés oyendo la radio y leyendo un par de libros que encontró y ahora se decida a hacer tours por Pingyao. Tiene en su casa un cuaderno donde hace firmar a todas las personas a las que les ha hecho el tour, y no son pocas. Además para captar a los clientes el señor Liu tiene varias tarjetas en muchos idiomas donde las personas a las que les ha hecho el tour han escrito sus impresiones y recomiendan sus servicios.
La verdad es que nos ayudó mucho, nos enseñó lugares atípicos, además de los típicos, nos asesoró en nuestras compras y nos consiguió un medio de transporte para la vuelta a la estación de Taiyuan mucho más barato que el del hotel.
Un tipo listo el señor Liu.

El resto del día lo pasamos recorriendo Pingyao de la mano del señor Liu, al que parecía conocer todo el mundo en el pueblo. Visitamos templos, casas, la muralla, museos y por la noche nos consiguió unas entradas para una representación muy bonita en el teatro de Pingyao.

En la escuela de KungFu de Pingyao

Templo Budista/Taoista en Pingyao
Torre de la campana

Patio de casa antigua

Muralla de Pingyao

Muraya de Pingyao

Muralla Pingyao
Puerta Pingyao

El segundo día teníamos varias opciones, hacer una excursión que nos organizaba el hotel o ir con el señor Liu a un sitio que, según él, era una pasada y no iba mucha gente.
Así que visto lo visto (y los precios) el sitio del señor Liu era una apuesta segura...y no defraudó.
Nos llevó a ver los castillos de la familia Wang, unas enormes fortalezas en las que hace a penas 20 años aun vivía la familia Wang a la cual le fueron expropiadas las tierras sin darles nada a cambio.

Nuestras habitaciones

En el castillo de la familia Wang: puente que pasaba de una fortaleza a otra (constaba de 3 fortalezas amuralladas unidas por puentes entre si)
Castillo de la familia Wang

Mi madre huyendo de la marabunta china y el señor Liu partiéndose de risa al verla

Vista de uno de los castillos

Gracias especiales al señor Liu. Totalmente recomendado:
Aquí os dejo su dirección:
Mr. Liu Wei Zhang
138 Cheng Huang Miao St
Pingyao, Shan xi, China
Tel: 0086 0354 5685116
Mob: 0086 13735429854