martes, 14 de octubre de 2008

SUDESTE ASIATICO

+Como guinda al pastel de la experiencia en Asia de este año, los becarios de Estambul, Taiwan, Beijing y un médico un poco "Doc", nos fuimos a hacer una ruta por el sudeste asiático.

La primera parada y punto de quedada fue Bangkok:



Bangkok, una mega ciudad donde el principal método de transporte son unos carritos llamados Tuk-Tuk y con una vida nocturna que deja por los suelos al parisino Moulin Rouge.


En Bangkok estuvimos un fin de semana. El sábado fuimos a ver templos por doquier cuyos nombres no recuerdo ni relaciono: wat po, wat prabang, y otros templos que tenian wat en el nombre. La mayoría eran templos budistas, el buda sentado, el buda acostado, el buda depie, el que se ríe..de que se ríe el buda que se ríe??


Sin duda, la fama de Tailandia no proviene sólo de los templos dorados y las playas de aguas cristalinas, también le precede una fama más tabú, la de la prostitución.
En Tailandia la prostitución te toca, aunque no quieras. Cuando cae el sol, las calles se llenan de chicas ligeras de ropa y de chicos buscando compañía. La legalidad de la prostitución conlleva un mayor control sobre las chicas y su seguridad, pero también repercute en la degeneración de una ciudad súper desarrollada. Realmente algo que hay que ver para enteder.

En Bangkok hay varias zonas rojas. Nosotros sólo nos paseamos por una calle para ver de que iba todo aquello: chicas llamándote, incluso cogiendote, para meterte en los clubes, elefantes por las calles para hacerte una foto con ellos, niños vendiendo flores y pulseras, puestecitos de saltamontes fritos y otros manjares, en resumen, un lugar peculiar.

No diré que Bangkok es una ciudad a la que me gustaría volver, es sucia, en todos los aspectos, aunque si algo bueno se puede decir de Bangkok, eso es la amabilidad de su gente.

De ahí cogimos el lunes un vuelo que nos llevó a Hanoi. El chico del hotel se olvidó de mandar a alguien a recogernos al aeropuerto y nos tocó buscarnos la vida, pero a cambió, como compensación, nos ofreció barra libre de bebidas durante los dos días que estuvimos en Hanoi.




En Hanoi visitamos Halong Bay, un sitio, dicen, de los más bonitos del planeta. Discrepo.
El entorno natural es único, no hay duda, pero está muy mal conservado, el agua sucia, los barcos turisticos por todas partes, oliendo a gasoil.
En Halong Bay, pasamos una noche a bordo de uno de esos barcos que nos llevó a ver unas cuevas y unas islas. Si pudiera elegir ahora, no pasaría la noche en el barco. No vale la pena por 75$.

Aun así pusimos de nuestra parte para pasarnoslo bien, fuimos a hacer kayaking entre los islotes, visitamos el pueblo flotante y compramos papas y cocacolas de las mercaderas flotantes, unas chicas que iban en barquitas vendiendo de todo lo que puedas imaginar (mucho más barato que en el barco).
Hicimos una excursión a la cueva de las sorpresas...y aquí teneis la sorpresa..en fin, sin comentarios. Las chinitas escandalizadas!


Vuelta a Hanoi, y esa noche tocaba "la cena". Un poco de serpiente para el cuerpo. (aun no tengo las fotos)
El chico del hostal nos lo había organizado todo cuando llegamos. Por 40$ por persona (bastante caro, pero es el precio oficial) teníamos una serpiente COBRA preparada para ser sacrificada y cocinada.
Cuando llegamos al restaurante en cuestión, en el que entre otros platos se podía comer tortuga o mono, nos presentaron a la cena. Una serpiente cobra de un metro y pico de largo. Entre dos personas la sujetaron, uno le pego un tajo y puso la sangre en un vaso, luego le sacó el hígado y lo puso en otro vasito y luego el corazón palpitante en otro.
Después del sangriento show, nos sentamos a la mesa y nos echamos a suertes quien se comía el corazón palpitante (pues es como debe comerse para que te de la fuerza de la serpiente). El corazón se lo comió Jesús y el hígado y la sangre entre todos (mezclada con un licor).
La serpiente parece que no, pero da mucho de sí. Hasta 9 platos degustamos: la carne, la piel, caldo, unos huesos (yo pensaba que las serpientes no tenían huesos) entre otras cosas.
Y luego a dormir porque al día siguiente salíamos hacia Ho Chi Mihn (Saigón).

Saigón es una ciudad más grande y con más aspecto de ciudad que Hanoi, a pesar de que Hanoi es la capital política, Saigón es la capital comercial.

En Saigon sólo estuvimos una noche, no tiene mucho que ver, nos dimos una vuelta en unos curiosos carritos, cenamos en un restaurante barato y típico, nos dimos un masaje; y al día siguiente al mediodía, después de unas compras en el mercadillo central de Saigón, salimos hacia Siem Reap, Camboya.

El vuelo a Camboya fue curioso porque estabamos en primera fila y el capitán del avión salió a saludarnos porque era hispano parlante (de El Salvador).
Por fin Camboya. Precioso. Kilometros y kilometros de naturaleza salvaje y virgen. Una pena que Siem Reap se esté convirtiendo en un Benidorm debido al gran turismo que generan los magníficos templos de Angkorwat.

Nos alojamos en un hostal que para costar 6 euros la noche estaba estupendamente equipado. Muy recomendable: Siem Reap Hostel.

Primer día, templos de Angkor wat. Luego fuimos a ver los monos y un templo budista al lado de una fábrica de artesanía camboyana.


Segundo día: el pueblo flotante. Un pueblo situado en el lago Tonle Sap (Gran lago). Allí hicimos una parada para bañarnos entre las copas de los arboles hundidos (antes de que se formara el lago) y luego nos fuimos a un restaurante flotante donde tenían cocodrilos. Allí, pescamos un pez de un criadero que tenían y nos lo cocinaron.


Tercer día: Monumento a los caidos en la época de Paul Pots y los Jemeres Rojos. Sin duda, una eslofriante parte de la historia que hace preguntarse cómo es posible que se cometieran estos genocidios en los años 1975 - 79, y que el resto del mundo girara la cara como si no hubiera pasado nada. No fue hasta 2006 cuando se formó un tribunal para condenar a los dirigentes supervivientes de aquel régimen.


De ahí nos fuimos a Kuala Lumpur. Sólo teníamos unas pocas horas, ya que el mismo día por la tarde salíamos hacia Phuket. Fue por esto por lo que, después de visitar las enormes torres petronas, decidimos coger un taxi, conducido por un Indio bastante cachondo, que nos llevó a recorrer los puntos más interesantes de la ciudad, aunque sin parar mucho tiempo en cada uno.


Siguiente parada Phuket, Karon Beach.
Llegamos a Phuket y lo primero que hicimos fue cerrar el transporte que al día siguiente nos llevaría a Phi Phi island.
Phuket no tiene nada interesante que ver, una especie de sodoma y gomorra consentida por el gobierno y alabada por los miles de turistas sexuales que van allí (incluso con sus mujeres).
Lo mejor de esa noche, el hostal donde nos alojamos y su dueño. Terry, un finlandes amabilisimo, que se fue a viajar por el mundo y decidió quedarse en Phuket y montar, junto con una señora tailandesa, un hostal restaurante muy acogedor. Recomendado: Southern Fried Rice Hostel.

Al día siguiente partimos en ferry hacia la isla donde se rodó la famosa película de Leonardo DiCaprio: La Playa.

Allí nos encontramos con mis amigos de China, José Cortijo, su primo Alberto y Alex.
Sin duda, lo más divertido del viaje.
Una lástima que la zona no esté mejor conservada. El agua, aunque transparente no estaba limpia y la basura se acumulaba en algunas preciosas calas, arruinando toda la magia.

La visita a la playa de la película fue toda una decepción. Nada que ver con la peli y además había que pagar 5€ si querías bajar hasta la playa (arena). Una vez más, un marco incomparable arruinado por la dejadez y el turismo incontrolado.

Pero no pasa nada, hay muchas islas y playas en Phi Phi, así que la siguiente parada fue la playa de los monos. Obviamente es una playa llena de monos. Los puedes alimentar y tocar si te atreves...Nosotros nos atrevimos y más de uno se llevó un bocado de los jefes del grupo. Sin embargo, los monos jóvenes eran muy amables y juguetones.

He visto a gente comer sandía peor que este monillo...jeje.

Otro día aproveché para seguir con mis clases de submarinismo y vimos unas cuantas tortugas enormes. La fauna marina de Phi Phi es espectacular y brillante.

El día de mi cumpleaños en Phi Phi, mis amigos se las apañaron para meterme en un ring con José Cortijo a pelear estilo Muay Thai. Mejor ved el video. Sin comentarios.




Por lo demás, las fotos lo dicen todo (las iré subiendo poco a poco). Octubre es una magnífica época para ir a Tailandia, no hay mucha gente y el clima es bueno, recien acabado el monzón.