FIESTA EN LA GRAN MURALLA

Este fin desemana se ha celebrado en Qinhuangdao (provincia de Hebei) un evento uníco en un marco incomprable. La GreatWall Beach Party. Esta fiesta, celebrada en la playa delimitada por El templo del Mar de Oro y el final (o principio) de la Gran Muralla china, es una fiesta que en su tiempo creó mucha polémica debido a que algunas personas (por llamarlas de alguna manera) se dedicaban durante la fiesta a mear en la muralla o a llevarse piedras. Durante algunos años estuvo suspendida.
Este año, y bajo estrictas medidas de seguridad, si que se ha celebrado, y no podíamos faltar. Además aprovechamos para ver el trozo de la muralla china que se une con el mar.

Empezamos nuestra aventura con un madrugón poco saludable a las 5:30 de la mañana y llegamos a Qinhuangdao dispuestos a pasar el día en la playita, pero no sin antes visitar la muralla y los jardines de Qinhuangdao (será por murallas en China...).













En la muralla de Qinghuangdao podíamos escoger entre muchas y variopintas actividades: visitar los puestecitos ambulantes, darte un paseo en caballo o en camello, darte una vuelta en esa especie de cabina al son de música imperial china en directo, tiro con arco, etc.









Después de nuestra visita cultural a Qinhuangdao nos dirigimos ya sin más dilación a la playita.
No se puede decir que las playas de China son paradisíacas pero la verdad es que esta playa no estaba mal.

Los chinos, sobre todo los chinos de Beijing y ciudades norteñas, no están acostumbrados al mar, la mayoría, aunque vivan al lado del mar ni si quiera viven de él, y por descontado no se ponen en bañador ni se bañan. Como mucho recogen conchas y caracolas para luego venderlas. Así que, en cuanto aparecimos nosotros y nuestros amigos en la playa y nos pusimos en bañador, aquello fue como llevar el zoo a la playa. Y ya no te cuento cuando se nos ocurrió remorjarnos un poco...nos sacaban hasta fotos!
Otra de las peculiaridades de esta playa es que está dominada por el final (o principio) de la gran muralla china. Es la construcción que se observa al fondo y que ahora pasamos a visitar.
Esta parte de la muralla es completamente diferente a los trozos de Badalin, Mutianyu o Simatai (los más visitados). La muralla en sí está rodeada por una especie de ciudad o fotaleza con palacetes y unos jardines muy bonitos. Incluido un laberinto bastante complicado que no sé para que serviría, igual por diversión.
Desde el atolón del final de la muralla se tiene una vista magnifica de la playa (donde se celebraría la fiesta luego) y del templo del mar dorado el cual iríamos a visitar luego.


El final de la muralla, donde esta se une con el mar.


El templo budista del mar dorado. Un templo que se adentra 50 metros en el mar. Muy bonito y además muy poco visitado.
Como podeis ver, estábamos solos.

Y ya al caer la noche, y tras una cena de gambas fritas picantes, pulpo, cerdo agridulce y fruta variada, nos fuimos a la fiesta.

Lo bueno de las fiestas en la playa es que si te cansas de la música y el tumulto te puedes escapar un poquito.
Y nos escapamos a la gran muralla a dar una vuelta.
Hay que ver que la poca creatividad de la gente. Estabamos sentados en la gran muralla delante de un foco que iluminaba una pared de unos 40 metros de alto. Y la gente estaba por ahí danzando y haciéndose fotos. Y yo mirando las sobras que se proyectaban en la pared se me ocurrió ir a hacernos una foto de nuestras sombras de 40 metros proyectadas en la gran muralla. Pues bien, cuando terminamos la chorrada había una cola de unas 20 personas esperando para hacerse una foto de su sombra en la pared!! Tendría que haber registrado la propiedad intectual!!

Siguiente viaje: Por fin Pingyao! La semana que viene día 4 Viernes salimos.